Lavar la vajilla a bordo también tiene sus pequeños trucos. Puedes colocar toda la vajilla sucia en un balde con agua salada. El detergente se aplica directamente sobre el estropajo ya que el agua de mar no genera espuma limpiadora. Si es posible, hay que colocarse en el faldón de popa donde se lavará toda la vajilla y depositando en otro balde sin agua o en el banco de la bañera los utensilios lavados. Si se dispone de ayudante, la maniobra se reduce en el tiempo, pues se puede ir aclarando directamente con el agua de mar.
También es conveniente endulzar vasos y cubiertos para eliminar los restos de sal, pero platos, bandejas y menaje pueden aclararse con la misma agua de mar. Después se dejará secar toda la vajilla en el exterior, sobre un trapo en uno de los bancos de la bañera. El aclarado y posterior secado de los cubiertos de acero inoxidable es recomendable a efectos estéticos para que no queden con incrustaciones de sal seca sobre su superficie. En muchas ocasiones, cuando la vajilla no esté muy sucia, puede utilizarse una bolsa de redecilla o entramado fino en la que se coloca toda la vajilla a lavar y se deja colgando por un costado de la embarcación y sumergida en el agua. Con los vaivenes del barco la vajilla se irá limpiando. Es importante en todo caso ahorrar el máximo de agua dulce. Si estás navegando, hacerlo en el exterior en muchos casos evitará algún posible mareo si no has navegado mucho.
Y no olvides !!
Recuerda que hay productos de limpieza ecológicos. Intenta en la medida que puedas utilizar productos con pocos tensoactivos, y siempre utliliza la mínima cantidad posible. Por mucho producto que pongas, el resultado no será mejor..